Desde los años 60 los campos de hierba artificial han evolucionado notablemente. La mejora en materiales y su montaje ha acercado su rendimiento al de los campos de hierba natural mejorando aspectos como el mantenimiento y uso intensivo de las instalaciones. Como en cualquier instalación o pavimento deportivo debemos responder a diferentes preguntas.

¿Qué problemas específicos podemos encontrar en la redacción del pliego técnico?

 

¿Y durante la licitación?

En las fases de ejecución y supervisión de las obras, ¿qué aspectos resultan clave?

Y en la recepción del campo, ¿qué certificados o ensayos de la hierba artificial debemos exigir?

Tras la recepción debemos hacer un mantenimiento adecuado del campo para alargar la vida útil en condiciones óptimas. En este artículo te presentamos cómo podemos ayudarte desde el IBV, en base a nuestro conocimiento y experiencia como laboratorio acreditado por FIFA y World rugby para la certificación de productos y campos de juego.

INTRODUCCIÓN

Experiencia en el uso de campos de hierba artificial en España

¿Qué vida útil tiene un campo de fútbol de hierba artificial?

Experiencia en el uso de campos de hierba artificial en España

La introducción de la hierba o césped artificial en la práctica deportiva ha sido lenta. El uso y desarrollo de este tipo de campos se ha visto condicionado por la aceptación de jugadoras y jugadores, cuerpos técnicos y federaciones deportivas de Rugby (FERugby) y Fútbol (RFEF), muy reticentes por los resultados negativos de las primeras generaciones de hierba artificial.

Los campos deportivos de hierba artificial surgen en los años 60 como sustitutos de los de hierba natural, buscando principalmente mejorar el problema del mantenimiento. Sin embargo, no es hasta la tercera generación de hierba artificial cuando empiezan a equipararse las condiciones de juego entre hierba artificial y natural. Esto permite, por ejemplo, jugar con el mismo calzado indistintamente del tipo de terreno de juego.

Son ya los años 90 y las fibras han crecido en longitud (entre 40 y 65 mm para fútbol y rugby) y han dejado se ser de nylon y polipropileno para fabricarse en polietileno, un material que ofrece menor riesgo de abrasión. También han incorporado dos materiales de relleno, arena y (principalmente) caucho en forma granulada, para mejorar las condiciones de amortiguación.  

El reto sigue abierto, que es el de buscar el balance óptimo entre las funciones técnicas y deportivas del pavimento. Queremos pavimentos que no se deterioren o modifiquen gravemente sus características al mismo tiempo que refuercen la seguridad de jugadoras y jugadores y garanticen la vistosidad del juego. En este sentido el IBV viene colaborando intensamente con diferentes agentes del sector tanto a nivel europeo como español y valenciano, siendo actualmente el único laboratorio español acreditado por la FIFA y el World Rugby, estando acreditado por la ENAC en la norma UNE-EN ISO/IEC 17025:2017 que garantiza la competencia técnica y la fiabilidad de los resultados analíticos, tanto a nivel de ensayos de hierba artificial en laboratorio como in situ. También ejercemos la secretaria del comité técnico de normalización CTN147 Deportes. Equipamientos e instalaciones deportivas, cuya presidencia ostenta el Consejo Superior de Deportes.

Entre abril del 2019 y marzo del 2020, según los datos publicados en la Plataforma de contratación pública del estado, se licitaron más de 100 obras por valor superior a los 25 millones de euros, entre obra nueva y de renovación de instalaciones. Datos que ponen de relieve la importancia de este sector y cómo los campos de hierba artificial se han convertido en una opción interesante para las administraciones públicas. Las ventajas que ofrece la hierba o césped artificial respecto los campos de césped natural serían tres:

(1) Reducción de costes de mantenimiento.

(2) Aumento de las horas de uso.

(3) Disminución de la dependencia de las condiciones meteorológicas. 

¿Qué vida útil tiene un campo de fútbol de hierba artificial?

La vida útil de los campos de hierba artificial se estima en 10 años, siempre hablando de productos de calidades certificadas y un mantenimiento adecuado. Estos años permiten amortizar un sobrecoste cercano al 20% inicial de la instalación y alcanzar un ahorro global del 34% en le periodo completo de la vida útil. Además, permite multiplicar por 2,5 veces las horas potenciales de uso, aspecto importante en las instalaciones municipales habitualmente muy demandadas. La Tabla 1, basada en los resultados del proyecto europeo TELETURF muestra una comparativa de los costes de un campo de hierba natural y otro artificial considerando 10 años de vida útil.

Tabla 1. Valores aproximados en euros (deben ser utilizados solo de forma orientativa)

En resumen, las instalaciones de hierba artificial son un producto conocido, de amplia trayectoria y consolidado en el mercado español. Si bien suponen una inversión más elevada inicial respecto sus homólogos de hierba natural, en el ciclo completo de vida útil representan un ahorro importante en las necesitadas arcas municipales. Por tanto, queda justificada la importancia de cuidar las diferentes fases de implantación y mantenimiento de estas instalaciones. De esto hablamos en el siguiente apartado. 

De la licitación al mantenimiento. Elementos clave.

Actividades, propuesta de valor y ciclo de vida.

La administración siempre debería ser ejemplar en el uso de los recursos públicos. Un producto de 10 años de vida útil con un coste que puede superar los 400.000 euros, en función de las características iniciales de la instalación inicial y los costes estimados para diez años incluyendo mantenimientos, que además tiene implicaciones importantes en la promoción de la práctica deportiva y los beneficios asociados en cuanto a salud y promoción del tejido social, bien merece el esfuerzo de cuidar los detalles. 

¿Qué fases debemos considerar en el ciclo de vida útil de los campos de hierba artificial?

La primera fase se centra en definir las necesidades de la nueva instalación o de la que se pretende renovar. La segunda fase debe promover un uso y explotación adecuada. Finalmente llega la fase que comprende aquellas actividades que monitorizan las condiciones funcionales del campo para poder determinar el final de la vida útil y poder prever su renovación. La tabla 2 identifica para cada conjunto de actividades relacionadas con el ciclo de vida del producto las fases y tareas administrativas, así como la propuesta de valor del IBV.

 
Tabla 2. Actividades relacionadas con el ciclo de vida de los campos de hierba artificial y propuesta de valor del IBV

¿Cómo elegir el césped artificial?

Las características del césped artificial vienen determinadas por la ficha técnica del producto aportada por el fabricante. En ella viene identificado el nombre del fabricante, el nombre comercial del producto y también el tipo de certificación validado, por ejemplo, EN 15330-1, FIFA Quality o FIFA Quality Pro.

Algunas variables cubren un aspecto más estético, como el color de la fibra (monocolor, bi-color verde, azul…), o descriptivo (fibra en sección oval o diamante), sin ser a priori determinantes en el comportamiento técnico del césped. Por el contrario, hay aspectos que tienen una influencia directa en el comportamiento del material, como la altura o espesor del filamento, la densidad de las puntadas, o los materiales de relleno y su combinación.

Así, por ejemplo, la longitud de pelo destinada a rugby es superior (en unos 5 milímetros) a la de fútbol (que ronda los 60 milímetros), con la intención de aportar mayor cantidad de relleno amortiguador y con ello, mayor protección a golpes de cabeza, mientras que en pádel esta longitud es significativamente menor (aproximadamente la mitad), para facilitar un rebote más rápido de la pelota.

En cualquier caso, la comparación entre distintos materiales es necesaria hacerla en base a los resultados de ensayo del conjunto de las variables, porque hecha de forma individual variable a variable correríamos el riesgo de descartar productos de calidad que cumplen con requisitos normativos de manera injustificada. La comparación variable a variable sí resulta útil para comprobar que el césped instalado se corresponde con el ofrecido en el concurso por la empresa instaladora mediante los ensayos de identificación de producto.

¿Qué ensayos y certificaciones necesito para mi campo de fútbol o rugby?

Para determinar la calidad necesaria de nuestro campo la primera pregunta que debemos responder es el objetivo final de esa instalación. Uno de los errores habituales que nos encontramos es querer certificar una misma instalación para diferentes usos, cuando la normativa presenta aspectos contradictorios. Así ocurre si queremos aplicar en el mismo campo la normativa para rugby y la de fútbol. La Tabla 2 resume los ensayos recomendados en función de que la instalación sea para la práctica del rugby, el fútbol, competición o entrenamiento.

Tabla 3. Tipo de ensayo y certificación recomendada en función de la instalación.

La mejor forma de objetivar la calidad de un producto es su evaluación objetiva para ello es necesaria la realización de ensayos. Los ensayos pueden perseguir valorar la interacción jugador-césped, balón-césped, aspectos básicos de durabilidad o resistencia, o incluso valorar elementos previos a la instalación como la planimetría de la superficie que sustentará la hierba artificial. La Figuras 1-4 muestran algunos de estos ensayos en sus diferentes categorías.

El IBV viene trabajando desde un enfoque similar en otros pavimentos deportivos basados en hierba artificial como los destinados al pádel, en este caso en base a las especificaciones de la norma UNE 147301:2018 que establece los requisitos técnicos que deben satisfacer los pavimentos deportivos de césped artificial destinados a la práctica de pádel. Estos requisitos se basan en el resultado de un conjunto de experimentaciones en superfícies de padel desarrolladas por el IBV. 

¿En qué puede ayudarte el IBV?

El IBV tiene una amplia experiencia en el sector y el producto con la que persigue erigirse como socio estratégico con una oferta flexible y solvente adaptada a las necesidades de los diferentes ayuntamientos. El objetivo último de las diferentes modalidades de colaboración que puedan establecerse es tener unas instalaciones en perfecto estado de uso, al mismo tiempo que se ejerce un mantenimiento que permita alarga la vida útil de las mismas hasta su necesaria renovación llegado el punto de obsolescencia.

Una de las colaboraciones que destacamos como buena práctica es el trabajo realizado con el Ayuntamiento del Campello encaminado a la renovación de un campo de fútbol de hierba artificial. En este caso la implicación del IBV desde el principio del proyecto y una fluida colaboración en las diferentes fases permitió asegurar la calidad en todo el proceso, de las instalaciones finales, así como evitar posibles paralizaciones o vueltas atrás que hubieran tenido efectos negativos sobre la planificación de la obra.

Conclusiones

Ha quedado demostrada la importancia de una adecuada gestión de las instalaciones deportivas de hierba artificial para las administraciones públicas locales. Importancia que viene reflejada en los diferentes costes asociados: compra, mantenimiento y renovación. También en la necesidad de cuidar los procesos que subyacen y que hacen posible alargar la vida útil de unas instalaciones en condiciones óptimas con repercusiones más allá de lo económico como son la promoción del deporte y la vida saludable, así como el tejido social de clubs y entidades deportivas. En esta gestión y acompañando al ciclo de vida de los campos de hierba artificial el IBV se erige como un socio solvente con una oferta adaptada a las necesidades y problemas de cada ayuntamiento.

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¿Quieres más información? Rellena tus datos aquí y te enviaremos un dossier con información clave a tener en cuenta en las tres fases de definición técnica de necesidades, licitación y recepción de obra.

Autor/es: Rafael Mengual, Laura Magraner, Begoña Martínez, Ricard Barberà, Enrique Alcántara.
Instituto de Biomecánica (IBV) Universitat Politècnica de València
Edificio 9C - Camino de Vera s/n (46022) Valencia