FIFA y la WORLD RUGBY organizan anualmente un test internacional, conocido como el Round Robin Test, que consiste en "evaluar a los evaluadores" para obtener el reconocimiento como laboratorio acreditado que permite homologar campos de césped artificial.
El Round Robin Test combina pruebas para verificar la capacidad técnica del personal de los laboratorios de ensayo. Además, certifica que los equipos de medida cumplen los rigurosos requisitos establecidos para ser reconocidos como laboratorio acreditado. Si superan las pruebas, se convierten en centros aptos para la homologación de campos fútbol de césped artificial, en nombre de la FIFA o WORLD RUGBY.
Cada entidad realiza dos series completas de pruebas de campo y, en las semanas posteriores, los laboratorios completan una batería de ensayos en sus propias instalaciones con el material que FIFA les suministra (moqueta de césped, material de relleno y capas elásticas). Los institutos que superan las pruebas reciben finalmente la acreditación correspondiente que permitirá, durante los próximos cinco años, ejecutar pruebas analíticas en campos de césped artificial para su certificación.
En los campos certificados, las condiciones -tanto desde el punto de vista de la seguridad de los jugadores y el riesgo de lesiones como de la espectacularidad en el juego- son óptimas para la práctica del fútbol y por lo tanto, en ellos, se podrán desarrollar competiciones oficiales internacionales. Dependiendo de la calidad del campo, es posible obtener un certificado FIFA Quality o FIFA Quality Pro, considerado como el de más nivel.